Nuestro mundo está afrontando muchos problemas fundamentales que superan la capacidad de los países individuales para resolverlos. Si no nos ocupamos muy pronto de estos problemas en un esfuerzo humano colectivo a gran escala, la sociedad global o incluso el planeta mismo podrían no llegar al final de este siglo, al menos no de forma saludable. De hecho, una parte considerable de la población humana y animal, y preocupantes porciones de la Tierra ya han llegado a ese punto y no hacen más que luchar por su mera supervivencia. La situación se está volviendo cada vez más inestable e insostenible.
Desgraciadamente, la mayoría de la gente está tan ocupada con simplemente seguir el ritmo de la vida diaria, que ni siquiera encuentran el tiempo o la energía para pensar en ello, cuanto menos actuar. Otros prefieren evitar preocuparse y eligen dejarse distraer. Y luego existe un reducido pero exclusivo número de personas que se benefician de todo esto y tienen el poder de mantener a toda la otra gente tan ocupada, distraída e incluso en aquel lamentable estado de mera supervivencia.
Por fortuna, pequeños pero crecientes grupos de personas en el mundo se están despertando de cara a esta realidad. Cada cual la afronta desde una de las varias posibles perspectivas, ya sea el clima, la ecología, la evolución, un enfoque humanitario o social, la psicología, la educación, salud y alimentación, la ciencia, el arte, el deporte, la justicia, la política e incluso los negocios o la economía.
Al ser el territorio del mundo con el más alto grado de libertad y justicia, es precisamente en Europa donde estos grupos brotan y crecen con más facilidad. Al mismo tiempo también disponemos de suficientes recursos esenciales, como capital y conocimientos. Esto hace de Europa el sitio por excelencia, posiblemente el único, con el potencial suficiente para desencadenar el cambio que el mundo necesita AHORA para llegar sano al siglo XXII.
Pero sólo se puede dar en una Europa realmente unida! No exactamente en la actual UE que en esencia es solo una unión política, monetaria y de mercado, donde los representantes de cada nación aún siguen barriendo "pa casa", sino en una Europa unida por sus ciudadanos concienciados, en un sentido humano, social, ético y con ánimo real de “unión”, de convivencia y de compartir. De hecho, una comunidad.
El potencial de Europa, ¿los Europeos mismos?